Skip to main content

Historia

Culto a la Virgen del Pino

1481

La leyenda relata que la imagen de la Virgen fue encontrada en lo alto de un pino, de ahí su nombre.

La imagen de Teror en escritos antiguos se la menciona como Santa María de Therore, es decir, Nuestra Señora de Teror. Dicha denominación pasaría más tarde a la actual de Nuestra Señora del Pino.

El momento de la aparición de la Virgen del Pino de Teror siempre ha estado envuelto en un halo de misterio, existiendo todo tipo de versiones, algunas más o menos piadosas y otras que quitan al asunto todo carácter sobrenatural y hasta dan referencias de la persona que se trajo la talla desde la península -España. Sin embargo, la tradición popular cuenta como hacia el año 1481 la imagen de la Virgen María apareció de manera sobrenatural en lo alto de un pino situado en las inmediaciones donde años más tarde sería levantada la basílica que la alberga.

 

1607

La devoción a la Virgen del Pino como principal imagen devocional de la isla de Gran Canaria arranca en el siglo XVII, cuando comienzan a llevarse a cabo las bajadas de la imagen a Las Palmas de Gran Canaria por motivos de rogativas. A partir de aquí comienzan a popularizarse también las peregrinaciones a su santuario de Teror la noche de la víspera de la fiesta, el 7 de septiembre.

Pero el culto a Nuestra Señora del Pino no sólo se basa en los donativos de calidad como dinero, alhajas, terrenos, mantos, candelabros, etc, sino que además de todas partes del archipiélago canario peregrinaban a Teror durante todo el año cuyo fin es recibir los Santos Sacramentos, celebrar los Novenarios, cumplir los votos de promesa.

 

1952

El 1 de febrero de 1952, Matías Vega proponía como Presidente del Cabildo Insular la siguiente moción que fue aprobada por unanimidad del Pleno “proponiendo que el Cabildo asuma la protección y fomento de las fiestas patronales de Ntra. Sra. del Pino como las más representativas de las que se celebran en Gran Canaria y que al efecto se cree un Patronato presidido por el Sr. Alcalde de Teror y que estará integrado por un Concejal de aquel Ayuntamiento, un representante del Cabildo Insular y un elemento conocedor de las distintas modalidades populares de la Isla e invitando al Rvdo. Sr. Cura Párroco de Teror, a que forme parte de dicho Patronato. Se aprueba por unanimidad”. A partir de aquel momento, el Cabildo asumió las Fiestas del Pino como propias y comenzó a organizarse la primera Romería-Ofrenda a Nuestra Señora del Pino, que cumplirá este año sus siete décadas de existencia. A principios de agosto de 1952, se informaba desde el ayuntamiento terorense que el programa estaría ultimado dentro de pocos días pues faltaban detalles que concretar. Uno de ellos era que en aquella primera romería a la Virgen del Pino, en aquel acto que simbolizaría la ofrenda de nuestra tierra a su Patrona; por distintas razones no iban a participar todos los municipios de la isla, a pesar de que José Hernández afirmara tajantemente hasta el final que concurrirían “grupos organizados de todos los pueblos de la isla y que constituirá una auténtica y unánime ofrenda de Gran Canaria a su excelsa patrona”.

Desde 1607

“La primera de las bajadas supuso el inicio de una tradición, aunque los motivos que impulsaron las rogativas de la presencia de la Imagen en la capital grancanaria, fuera la falta de agua, guerras, enfermedades y epidemias, plagas, catástrofes, etcétera.”